Malu, más conocida como la chica plastilina, no por sus habilidades de contorsionista sino por afición a moldear las más alucinadas figuras en este material. Nunca se molesta ni se exalta: es recatada, aunque los viernes a veces muestre el ombligo. A través de sus anteojos se crean atrevidos diseños en Fábrica, a pesar de eso nunca verás una fotografía de ella con lentes (dice que no le gusta). Hoy, es la única diseñadora de profesión de la oficina, por lo que le da el toque femenino a nuestros diseños.