Esta crónica es la segunda entrega de la publicación que Fábrica ha producido para el Programa de Pequeñas Donaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Fueron ocho días de viaje por el altiplano puneño para descubrir como diferentes comunidades de pastores y artesanas de Cojata, Laraqueri, Nuñoa y Lampa están consiguiendo evitar la extinción de la alpaca de raza suri, cuya fibra, a pesar de ser ninguneada por la industria textil, es la más fina y sedosa, después de la fibra de vicuña. Próxima entrega, la historia de los bosques secos de Lambayeque. Atento al blog!
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